Crisis química en Renania del Norte-Westfalia: 100.000 puestos de trabajo en peligro: ¡la política bajo presión!
En Colonia, varias plantas químicas se enfrentan al cierre mientras Ineos invierte. La industria exige un alivio debido a la fijación del precio del CO₂.

Crisis química en Renania del Norte-Westfalia: 100.000 puestos de trabajo en peligro: ¡la política bajo presión!
Existe una gran incertidumbre en la industria química de Renania del Norte-Westfalia, que incluye alrededor de 500 empresas con un total de alrededor de 100.000 empleados. como el Mundo Según los informes, varias plantas se enfrentan al cierre, lo que podría tener un grave impacto en la situación económica de la región. La fábrica de Ineos en Colonia-Worringen se ve especialmente afectada. Hace poco se puso en funcionamiento aquí una nueva planta de gas y vapor, pero la situación económica actual preocupa mucho a los empleados.
Por ello, la oposición del SPD pide medidas de ayuda para el sector, que lucha contra la competencia extranjera, especialmente asiática. Las amenazas de cierre se deben a la energía barata y a la falta de fijación de precios del CO₂, que se han convertido en una carga enorme para las empresas europeas. Mientras que Ineos paga anualmente entre 90 y 100 millones de euros por los certificados de CO₂, la ministra de Economía de Renania del Norte-Westfalia, Mona Neubaur, criticó la iniciativa del SPD. En su opinión, suspender el comercio de emisiones envía una señal equivocada.
Miedos e inseguridades
Los empleados de Colonia están cada vez más preocupados por su futuro profesional. Según el jefe del comité de empresa, entre los trabajadores existe un miedo creciente, sobre todo porque actualmente las contrataciones están prácticamente congeladas. Aunque en Colonia se están formando 161 jóvenes, existe una gran incertidumbre sobre las perspectivas de futuro.
El cierre de otras plantas también está en la agenda del grupo Ineos: se cerrarán dos plantas en el distrito de Wesel, lo que pondría en peligro 175 puestos de trabajo. Se espera que a finales de 2027 cierre otra planta en el distrito de Recklinghausen y que otros 280 empleados pierdan su empleo. El sindicato industrial IGBCE ya ha advertido sobre posibles efectos dominó del precio del CO₂ y pide su abolición.
Inversiones en el futuro
Si bien la situación en el sector empeora, también se vislumbran cambios importantes en el horizonte. La petrolera BP está estudiando la venta de Ruhr Oel GmbH, que explota la refinería de Gelsenkirchen y emplea a unas 2.000 personas. En Colonia-Godorf, sin embargo, Shell está adaptando su gama de productos para seguir siendo competitiva y contribuir a la descarbonización. Evonik también ha recortado sus previsiones anuales y planea convertir a 3.600 empleados en una GmbH, mientras que otros 1.400 empleados dejarán el grupo a través de ventas.
La industria química está bajo presión para ampliar sus estrategias de sostenibilidad. Desde 1990, la industria química alemana ha aumentado su producción en un 48 por ciento y ha reducido las emisiones de gases de efecto invernadero en más de un 60 por ciento. Pero los desafíos son inmensos. A partir de 2024, las grandes empresas químicas deberán informar exhaustivamente sobre sus métricas de sostenibilidad de acuerdo con la nueva “Directiva de informes de sostenibilidad corporativa” (CSRD). Por tanto, la industria se ve obligada a desarrollar nuevas tecnologías y reducir su consumo de recursos y energía.
El camino hacia la “química verde”
Con un enfoque en la sostenibilidad ecológica, social y económica, se promueve la “química verde” para establecer prácticas más sostenibles. Los pronósticos muestran que el tamaño del mercado de productos químicos ecológicos podría crecer hasta casi 312 mil millones de dólares para 2034. Estos avances son necesarios porque las altas necesidades de energía, especialmente en la síntesis de amoníaco, provocan las mayores emisiones de CO₂ en la producción química. El estadista destaca que los metales pesados y otras sustancias químicas también tienen efectos negativos sobre el medio ambiente y la salud, lo que presiona a la industria para que actúe de manera responsable.
El futuro de la industria química en Renania del Norte-Westfalia sigue siendo incierto, pero las señales apuntan a un cambio. Los esfuerzos por encontrar soluciones sostenibles están en pleno apogeo, pero el tiempo dirá si podrán resistir la presión de la competencia internacional.